El acné es una enfermedad crónica, de la piel que involucra a los folículos pilosos y las glándulas sebáceas, y se caracteriza por la formación de comedones, pápulas, pústulas y cicatrices, que aparecen principalmente en el rostro. La aparición del acné no está solamente relacionada con la adolescencia, a lo largo de la vida adulta existen diversas circunstancias que pueden llevar a la aparición de acné (estrés, alteración hormonal etc..)
En el post de hoy vamos a ver una mascarilla que funciona muy bien para tratar el acné regulando la producción de grasa y ayudando a la eliminación de las pequeñas cicatrices que dejan a su paso los anti-estéticos granitos.
Los ingredientes que vamos a utilizar son:
Fresas: las fresas presentan altas dosis de ácido acetil-salicílico, que es el componente que se utiliza en muchas cremas y lociones médicas contra el acné. Su función principal es la de reducir la inflamación y el dolor causado por los granitos, es decir, funciona como una aspirina a nivel local :-)
Limón: es una fruta con una potente acción astringente, es decir, presenta la capacidad de regular el exceso de grasa que se presenta en la piel y es, muchas veces, causante de la aparición de granitos.
Pepino: ya os conté aquí las múltiples propiedades del pepino, en relación al acné decir que es purificante, hidratante y ayuda a desinflamar la zona afectada.
Arcilla rosa: en mi opinión, la arcilla es uno de los mejores componentes naturales para tratar el acné. La arcilla rosa, está especialmente indicada para pieles sensibles o irritadas por lo que es ideal para tratar zonas con acné. Las arcillas en general son excelentes para limpiar la piel en profundidad, desintoxicar, exfoliar, calmar, y tonificar.
Yogurt: ya sabéis que es mi base preferida para cualquier mascarilla que se precie! Aquí podéis leer cómo elegir el que mejor se adapta a vuestra piel.
Vamos con la receta!!
Vamos con la receta!!