Empecemos por el principio:
¿Qué es un macerado u oleolito? El resultado de la maceración de una planta en un aceite vegetal.
¿Qué ventajas tiene un macerado? Que los agentes beneficiosos presentes en muchas plantas son liposolubles, es decir, pueden ser extraídos macerándolos en aceite.
Los macerados son óptimos para capturar todas las sustancias que la naturaleza nos ofrece de una manera sencilla y muy económica.
El macerado resultante, es ideal como aceite para masaje o como ingrediente para elaborar cremas corporales o para el rostro.
En cuanto a los ACEITES:
A la hora de realizar un macerado debemos elegir los aceites de acuerdo a lo que queramos hacer. Por ejemplo, el aceite de almendras dulces es un aceite ligero y muy nutritivo por lo que para mí es el candidato perfecto para realizar macerados. Si el macerado resultante se va a usar para elaborar posteriormente una hidratante para el rostro, añadiremos una cuarta parte de aceite de Jojoba que es un aceite muy ligero y que penetra fenomenal en la piel.
Otros aceites también muy usados en los macerados, son el aceite de girasol BIO y el aceite de sésamo, que es buenísimo especialmente para pieles grasas.
Estos aceites contienen muchos antioxidantes por lo que no se oxidarán fácilmente. De todas formas, yo suelo añadir una cucharadita de vitamina E por cada 200 ml de aceite que pongamos a macerar.
En cuanto a las PLANTAS:
Se puede realizar el macerado con plantas secas, por ejemplo, macerado de aceite de almendras dulces con flores de lavanda (de las que venden secas en bolsitas en el herbolario).
Si la planta escogida es fresca, debe estar lavada y totalmente seca para evitar contaminaciones (muy importante).
Cómo preparar el macerado:
¿Qué ventajas tiene un macerado? Que los agentes beneficiosos presentes en muchas plantas son liposolubles, es decir, pueden ser extraídos macerándolos en aceite.
Los macerados son óptimos para capturar todas las sustancias que la naturaleza nos ofrece de una manera sencilla y muy económica.
El macerado resultante, es ideal como aceite para masaje o como ingrediente para elaborar cremas corporales o para el rostro.
En cuanto a los ACEITES:
A la hora de realizar un macerado debemos elegir los aceites de acuerdo a lo que queramos hacer. Por ejemplo, el aceite de almendras dulces es un aceite ligero y muy nutritivo por lo que para mí es el candidato perfecto para realizar macerados. Si el macerado resultante se va a usar para elaborar posteriormente una hidratante para el rostro, añadiremos una cuarta parte de aceite de Jojoba que es un aceite muy ligero y que penetra fenomenal en la piel.
Otros aceites también muy usados en los macerados, son el aceite de girasol BIO y el aceite de sésamo, que es buenísimo especialmente para pieles grasas.
Estos aceites contienen muchos antioxidantes por lo que no se oxidarán fácilmente. De todas formas, yo suelo añadir una cucharadita de vitamina E por cada 200 ml de aceite que pongamos a macerar.
En cuanto a las PLANTAS:
Se puede realizar el macerado con plantas secas, por ejemplo, macerado de aceite de almendras dulces con flores de lavanda (de las que venden secas en bolsitas en el herbolario).
Si la planta escogida es fresca, debe estar lavada y totalmente seca para evitar contaminaciones (muy importante).
Cómo preparar el macerado:
Los macerados en frío son mejores que los que se obtienen con el calor, porque el calor puede hacer perder algunas propiedades de las plantas, pero si tenemos prisa es una opción también válida.
Macerado en frío:
Esterilizar un vaso de vidrio con tapa hermética (vaso de mermelada o miel), en agua hirviendo durante 15 minutos y, una vez seco, añadir la cantidad que deseemos de la planta, sea seca o fresca limpia y sin rastro de agua. Agregar el aceite elegido y llenar el vaso hasta que el aceite cubra por completo la planta. Una vez realizado este procedimiento, se cierra el vaso y se deja reposar de 30 a 40 días en un lugar fresco y lejos de la luz del sol, agitando el recipiente una vez todos los días para ayudar a que el aceite extraiga las propiedades de la planta.
Macerados al calor:
Es un método mucho más rápido. El modo de preparación es el siguiente:
En un vaso de vidrio hermético esterilizado incorporar la planta elegida y agregar el aceite hasta que cubra y cerrarlo muy bien, luego llevarlo al baño maría durante 3 horas a fuego muy muy lento. Hay que ir vigilando que el agua no se evapore del todo. Una vez transcurrido el tiempo, se traslada el tarro a un sitio seco y oscuro y se deja reposar durante 24 horas.
FILTRADO:
Se realiza colando el aceite y aplastando bien la planta con la ayuda de una cuchara sopera para hacer caer el aceite contenido dentro de la planta, ya que es donde está la mayor concentración de propiedades del macerado. El segundo filtrado se realiza con un filtro para café, papel de cocina o un colador de algodón de manera que consigamos que el aceite quede totalmente limpio y puro.
Os dejo algunas plantas como ideas para realizar vuestros propios macerados, mi preferido es el macerado de rosas en aceite de almendras, se nota un poco verdad? ;-)
Ideas de plantas para elaborar un macerado: Caléndula, Manzanilla, Zanahoria, Eucalipto, Romero, Geranio, Rosas, Lavanda, Salvia, Tilo, Timo, Cascaras de limón, Cascaras de naranja…
Besos!!
1 comentario:
http://thedrawerofbeauty.blogspot.mx/
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